Cuando tengas ganas de llorar, llámame, e iré a llorar contigo. Cuando tengas ganas de sonreír, hazme saber, que vengo a sonreír juntos. Cuando tengas ganas de amar, llámame, que llego a amarte.
Cuando sientas que todo ha terminado, llámame, que vengo a ayudarte a reconstruir. Cuando sientas que el mundo es demasiado grande para tu tristeza, llámame, que lo hago pequeño para tu felicidad.
Cuando necesites compañía, en esos días nublados y tristes, o en esos días hermosos y soleados, hazme saber, que vengo a hacerte compañía. Cuando necesites oír a alguien decir «Te amo», házmelo saber, vendré a decírtelo en cualquier momento.
Y cuando ya no me necesites, dímelo, porque mi amor por ti es inmenso, pero aún así me iré.